miércoles, 11 de abril de 2012

 Esta es mi cena, asado y arroz hervido, luego de la caminata q ice por el cañón de atuel y con la bici a mi lado por q se me rompió, me merezco una cena así, gracias a Julien, al aleman y a su novia q me dejaron una suculenta cena.
 El gran equipaje del Alemán y su novia, una moto de la 2 guerra mundial los esta llevando a recorrer parte de Sudamérica.
 Un atardecer muy colorido en el camping municipal del valle fertil
 Aquí un recuerdo del breve tiempo q  pasamos con esta pareja de viajeros sin tiempo.
 Gracias al artesano q me trajo aquí y a ellos q me arreglaron la bici teniendo otras delante de mi pude seguir viaje.
 Damascos y mas damasco, una fruta q no valió la pena ser cosechada, 35 centavos por kg era el precio por recogerlas y nadie quiso hacerlo ya q no alcanza ni para una migaja de pan. Q desperdicio ver plantas en todo el valle y cargadas como esta, verlas q en el piso lo adornan con su aroma, color y sabor. Pájaros se hartan de comer y nos también, pero tanta es la cantidad q ahí en todo el valle q yo, me muero de impotencia por ver q se pudren y nadie hace nada para hacer algo con tantos damascos
 Rendido por el calor y por arreglar la pinchadura y querer salir, pero una espina me lo impidió, dos pinchaduras en menos de una hora, y lo peor es q a unos 5 km ese día pinche nuevamente, me decía yo hasta en la ruta pincho y Julien se mete en todos lados y nada, q loco.
 En la ruta nuevamente, pensativo y siempre mirando al frente. Es algo muy sencillo hacerlo pero eso después de tantos días de viaje y de entender q volar solo las aves lo hacen.
 Paisaje desértico en árboles, montañas y de trinos de aves, calor, soledad y solo pensar en salir de acá para  beber algo fresco debajo de una buena sombra.


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